Muy buenas!!
Esta vez os contaré dos historias de terraza, sobre dos especies similares pero a la vez muy diferentes. La primera de ellas es la golondrina común, estilizada y elegante donde las haya, cuyos enérgicos gorjeos llenan el aire primaveral. Desde hace varios días, el mismo ejemplar, como un reloj, se posa a las 8:30 am en la antena que, con un poco de contorsionismo, puedo observar desde mi terraza. Esta mañana parecía haberse enredado con una ramita o algo similar; sin embargo, aguantaba estoicamente su postura, estirándose y aseándose como suelen hacer. Así es como empieza mi día...
... y acaba con los vencejos comunes, recién llegados de África que amenizan los atardeceres con sus acrobacias y chillidos. Fotografiarlos desde aquí es un reto, ya que pasan como una exhalación y si te he visto, no me acuerdo, pero algo he podido hacer. Me encantan estos bichejos; simplemente, es fascinante pensar que prácticamente viven volando, ¡Si es que incluso duermen así! Algo que no muchos seres vivos consiguen.
Como fin de la historia "vecinal", una imagen de la Luna, otra imagen que acostumbro a sacar cada día:
Y así van pasando los días, pero parece que la cosa va a buen ritmo; ya nos va quedando menos para volver a salir (con precaución, claro).
¡Saludos!