Estaba esta mañana viendo las aves en una de las zonas húmedas cercanas a la capital, «ses Feixes» (un sitio con una historia increíble, por cierto, aunque ahora están muy degradadas) y me ha llamado la atención unas garcillas inquietas. Al final he averiguado qué les inquietaba.
He tenido que frotarme los ojos, aunque lo he reconocido bien porque hace no mucho estuve mirando libros de aves australianas: una cacatúa galerita.
Sin duda se habrá escapado de la casa de alguien, daba bastante pena, la verdad. Me ha sorprendido que es enorme, bastante más corpulenta y grande que una lechuza, y en vuelo similar a las garcillas. No sé si es porque se trata de un ave gregaria, por el color y el tamaño, pero la he estado observando un buen rato y tendía a acercarse al grupo de garcillas, que a veces salían espantadas. El tema de las aves como animal doméstico tiene tela, imagino que estará regulado (e imagino que mucha gente se saltará la regulación), pero no he podido evitar pensar si Ibiza como isla no debería tener una reglamentación más estricta, habida cuenta de lo delicados que son los ecosistemas insulares y su mayor sensibilidad a cambios y amenazas externas. Recuerdo que el año pasado en una tienda de mascotas aquí mismo vi una cucaburra a la venta, no daba crédito. Es una de las tiendas clásicas de la isla, así que imagino que tendrán permiso para importar y vender cucaburras en Ibiza, pero estas cosas te dejan preocupado, la verdad.