Llegados a este punto, me pregunto... ¿alguna vez habéis disfrutado realmente de un cielo nocturno sin contaminación?, ¿lo echáis en falta tanto como yo?
En esencia soy una amante de todo lo relacionado con la naturaleza, aunque bien, tres de sus ciencias me llaman en especial la atención: la ornitología, la botánica y como no podría ser de otra manera, cuál si no... la astronomía. En cierta forma, es hasta gracioso. Sería difícil concebir que alguien que se pasa horas mirando el cielo en busca de pájaros, no se haya enamorado de otro de los misterios que esconde el cielo, más allá de las siuletas de nuestros amigos emplumados: el universo.
Admirable, ahora mismo es la mejor palabra que se me ocurre para describirlo.
Seguro que más de una vez os habéis parado a preguntaros que ocurrió exactamente para que en algún momento del espacio-tiempo, todo esto naciera para sorprendernos hoy en día con sólo mirar hacía arriba...
Pues bien, si nunca nadie os lo había contado antes. Permitidme que os lo muestre, en un viaje fascinante...
¿Os habéis fijado atentamente en un detalle? Nosotros.
Nosotros, los seres humanos, no aparecemos hasta la última fracción de segundo... ¿sorprendidos?
Entonces, ahora, sujetáos, porqué vienen curvas. Más curvas de las que nunca pudisteis llegar a imaginar...
Esto es lo que no suele aparecer en los libros de texto. Estos son los últimos hallazgos de lo que los científicos piensan que será el posible devenir de nuestra existencia. Realmente nosotros sólo somos una fracción de segundo, menos de lo que dura un parpadéo en la historia de la existencia.
Tras ver estos vídeos, a mi sólo se me vino a la mente una cosa.
Como dijo uno de nuestro más grandes científicos (al que sin duda muchos echaremos en falta)...
“Remember to look up at the stars and not down at your feet. Try to make sense of what you see and wonder about what makes the Universe exist. Be curious. And however difficult life may seem, there is always something you can do and succeed at. It matters that you don't just give up."
Stephen Hawking
Seamos pues curiosos, amigos.
Nunca dejemos de serlo